Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


domingo, 8 de mayo de 2011

Desconocida


No soy la persona que más te quiere, ni tampoco la que más te mima. No soy alguien especial, pero si alguien que te necesita.No apoyo tus decisiones, porque tampoco me das pie a que las conozca. No pienso en ti, pero te echo de menos. No te abrazo, ni te doy las buenas noches, o te deseo dulces sueños. Tampoco he visto como has crecido a lo largo de los años. No te he visto cambiar, aprender a caminar y tampoco he podido disfrutar de tu sonrisa abriendo los regalos de tus cumpleaños o la carita que ponías mientras te hacían la foto soplando las velas o en quien piensas cuando comes helado de chocolate. Tampoco conozco cuál es tu color favorito, que colonia usas, cual es ese peluche que marcó tu infancia, ni si quiera tu película favorita, canción preferida, o si ya has pensado en todas las cosas que desconozco de ti y que nos estamos perdiendo.
No hemos ido a cenar juntos, ni tampoco he escuchado tu voz ronca y dormida de media noche. Nunca nos hemos sentado en la última fila del cine para ver si podía meterte mano y luego tu contárselo a tus amigas. Tampoco sé lo que es acostarme contigo, aunque solo sea a contar ovejas, soñar juntos, o ver que al día siguiente sigues estando ahí, despertándote a mi lado. No te he contado ningún cuento en el que no hubiera un final feliz, y tampoco te he mentido nunca, aunque tú lo pongas en duda. No te he llamado tres veces seguidas por tu nombre, ni te he gritado, ni faltado el respeto, ni tan siquiera te he hecho cosquillas, apretado los mofletes, o que cerraras los ojos y pidieras un deseo. No te he cogido de la mano, no sé qué es acariciarte, besarte, ni como huele tu pelo. No te he visto llorar, ni cabrearte, ni fruncir el ceño, ni si quiera sacar la lengua después de una carcajada y una burla tonta. Ni tampoco lo que es mirarte a los ojos, y sentir que me tiembla todo por dentro.
No sé cómo es tu habitación, cuanto tardas en ducharte, asearte, cambiarte, y llegar tarde a los sitios. No sé cuáles son tus secretos, qué es lo que ocultas a la gente, y cuál es tu mayor temor o tu peor defecto. Tampoco sé cuáles son las cosas que haces bien, y cuáles son las cosas que haces mal. O si simplemente eres la perfecta imperfección que tiene un corazón enorme pero falto de amor. No sé lo que es la sensación de no verte, de añorarte, o susurrarte al oído y ver como se te pone el bello de punta, o que me digas "por favor, el cuello no, el cuello no...". Tampoco sé lo que es irme contigo de viaje, sin destino, sin rumbo, y luego ver todas y cada una de las fotos, y recordar esos momentos y la sensación de tener ganas de que haya una próxima vez, y que sea pronto. No sé lo que es pasarse horas y horas detrás del teléfono, con el “cuelga tú- no, cuelga tú” y los te quiero.
No sé si crees en las casualidades, en el destino, o que todo sucede por algo en la vida.No temas por mí, ni por ti, ni por el nosotros. Pero tampoco sueñes con ser princesa.No quiero que huyas, que tengas miedos, y que digas que no existo. No sé qué es lo que quieres hacer con tu vida, ni si quiera sé si eres feliz, si te están haciendo daño, o si lo mandarías todo a la mierda si eso significara encontrar a alguien que supiera entenderte. A alguien de verdad, a alguien que merezca la pena las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, los trescientos sesenta y cinco días del año. Una vida entera. Ese alguien que cuando está lejos, sigue a tu lado.
No quiero que mientras estés leyendo esto, pienses que lo he escrito por ti. No te hecho ninguna promesa. Ni te he metido en aguas turbias, o te he intentado hacer creer que soy una de cal y otra de arena, en la posibilidad de herirnos por culpa de una tormenta de infidelidades, mentiras, y malos tragos. O que tus ojos brillen, y caiga esa lágrima de dolor y de rabia. Amarga, y que te quita la vida. Porque yo no soy ninguna de esas cosas, pero tampoco vas a querer lo que yo tengo para ofrecerte, si me das un diez por ciento de ti, y el resto lo tiene ese no sé quién, que sabe todas y cada una de las cosas que yo desconozco, y no se da cuenta de lo que tiene y que puede echar a perder, mientras que otros lo darían todo por tan poco y sin embargo de sus labios no sale ni una sola queja.

1 comentario: