Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


viernes, 8 de abril de 2011

Reflexión


No sé exactamente qué es lo que me pasa. Si de veras soy un cobarde o simplemente es que no tengo ganas de nada.
Supongo que esta es una reflexión que sigue a muchas otras, y también que precede a otras muchas más. Pero lo que sí que sé con absoluta certeza es que no paso por uno de mis mejores momentos, y lo peor de todo es que he perdido eso que siempre he pensado: quizás escribiendo sobre ello, encuentre la solución o sin más se me pase.
He tocado fondo. Y confieso que esto a nadie más que a mí me entristece de tal forma que hasta quien no me conoce se da cuenta. No estoy bien, para que negarlo. Mi subconsciente me traiciona, y la poca experiencia que he podido ir acumulando a base de errores, caídas y tropiezos, me enseña ahora de manera fría y suculenta de que a pesar de lo muy fuerte que me crea, de la forma más simple me vengo abajo como la fila consecutivas de fichas de dominó y todo lo que resulta luego poner a cada pieza en su sitio.
Lo difícil de todo esto, por no poner otra gota en mi vaso del pesimismo, es no saber la causa del problema. Y a pesar de ello, una parte de mi me dice que quizá haya sido un acumulo de cientos de cosas que me he ido guardando poco a poco, y al final ha ocurrido lo más probable en estos casos: un estallido en el epicentro de mi corazón que ha sucumbido con una ola gigante cada lugar de mi cuerpo en el que todavía había esperanza, fuerza y fe, tal y como ha ocurrido recientemente en Japón.
Ahora más que nunca solo me queda buscar si, en cada uno de los cimientos que se han visto derruidos, queda alguna parte de mí superviviente a esta catástrofe. Y si así lo fuera, reconstruir todo aquello que creía que era importante. Devolver la esperanza, la fuerza y sobre todo la suficiente entereza de que es más fácil levantarse si te ayudas de quien te da la mano, si no te sientes solo, y si a pesar de todo aquello que crees que te supera, no te pierdes en errores que cometías cuando tenias quince años. Al “no puedo”, al “amigos estoy mal necesito ayuda”, o encerrarte en tu habitación dos días como si estuvieras enfadado con el mundo.
Porque hay cosas difíciles, y en muchas de ellas te verás solo.Sin nadie. Y en esos momentos es cuando debes demostrar a la vida cuánto es lo que vales. Encontrarte a ti mismo, y seguir adelante.

5 comentarios:

  1. Yo también soy de esas.
    De esas personas que acumulan cachitos de de dolor que por sí mismas parece que no hacen daño pero que poco a poco te carcomen el corazón hasta que explotas, estallas, sacas todo lo que llevas dentro arrasando con todo a su paso...
    Y sí, estarás mal.
    Y sí, parecerá que de esta no te levantas.

    Pero, ¡eh!
    A fuertes y valientes no nos gana Nadie, y por muy solo que parezca que estás, tienes el mundo blogger, tienes tus brillantes y excepcionales Letras, y si lo necesitas, tienes mi pequeño mundo Gris Plata para escapar de la rutina.
    =)

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que como tu dices, a veces aunque la gente no lo comprenda, solo con las letras es cuando me siento de nuevo bien. Lo utilizo como si fuera una persona que me escuchase y me entendiera a la perfección, de autoayuda.

    ResponderEliminar
  3. Encanto, la mayoría de las veces creo tener tinta en lugar de sangre en las venas.
    Escribir es mi via de escape, es mi liberación. Es la puerta que me lleva a todos esos mundos únicamente míos donde el Dolor duele menos y todo parece más sencillo...

    ResponderEliminar
  4. Entonces ahora supongo que entenderás por qué lo he llamado fibra sensible. Todos tenemos algo que nos libera, ya sea el escribir, a otros escuchar o crear música, o simplemente ir a clases de baile. Hay algo que desconocemos de nosotros mismos, pero que aún así nos une de una forma inquebrantable. Podriamos llamarlo "humanidad".

    ResponderEliminar
  5. Te entiendo perfectamente. Yo también me libero escribiendo. Sea lo que sea, aunque sean frases sin sentido, canciones, historias...
    Entiendo como te sientes y que utilices esto como "vía de escape". Pero no te quedes ahí, levántate y lucha por tu felicidad. Seguro que vales mucho mas que todo lo que te hace estar como describes en esta entrada. Animo, se fuerte y sigue luchando por encontrar tu felicidad :)

    ResponderEliminar