-Vamos a darnos un tiempo.
¿Un tiempo para qué?
-Para que podamos ser nosotros mismos, y podamos entendernos.
-¿Y así es como lo quieres solucionar?, ¿Separando nuestros caminos?
-No nos queda otra, no estamos preparados y no quiero perderte.
-¿Y crees que así no lo vas a conseguir?
-Sí eso creo, y ojala no me equivoque. ¿Recuerdas cuando nos conocimos? De entonces, ya no queda nada. Yo no puedo volver al pasado, no puedo cambiar las cosas que hice mal. Tampoco puedo viajar al futuro, y no sé lo que va a pasar. Pero lo único que sé, es que el presente que existe entre tú y yo, nos está consumiendo.
-¿Y todos los momentos buenos que hemos vivido, no han servido para nada? ¿Quieres que se conviertan en recuerdos o quizás en olvidos?
-Los momentos buenos que hemos vivido juntos, los recuerdo cada día cuando pienso en ti y te echo de menos. Yo no pretendo que sean míseros recuerdos, ni que llegue al punto de olvidarlos. Lo que quiero, es esperar el momento justo para que podamos revivir esos bonitos momentos, y que no sean soplos de viento como lo son ahora.
-¿Y cómo estás tan seguro de que volveremos a revivir esos momentos?
-Porque un día una chica me hizo conocer lo que era el amor. La vida intentaba separarme de ella una y otra vez. Yo luché tanto y cuanto pude por retenerla junto a mí. Pero después de tanto tiempo me di cuenta de que no podíamos vivir así. Y lo que no quiero es perder mi vida, si no, vivirla junto a ti.
-¿Y por qué quieres separarte de mí ahora?
-¿Y por qué quieres separarte de mí ahora?
-Porque hay algo de nosotros que tiene que cambiar y lo que no quiero es cambiarte. Me gustas tal y como eres, con tus defectos y tus virtudes. Pero no quiero pasarme una vida, dándonos cuenta de lo que hacemos mal e intentar mejorarlo o cambiarlo. Lo que no quiero es perder el tiempo junto a ti, porque no me lo perdonaría nunca. Por eso quiero esperar a que estemos preparados tanto el uno y el otro, y consiga hacerte feliz.
-¿Y cuanto crees que durará ese tiempo?
-Pues no lo sé. Puede que un día, dos, tres, quizás meses o incluso años. Aunque sí que sé que llegará el día en el que estemos subidos al altar, y los dos digamos: Sí, quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario