Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


lunes, 28 de marzo de 2011

¿Quieres que me sincere?


No soporto verte con otro. Que le mires a los labios mientras te dice mentiras, y te promete cien mundos. Los días en los que no eres tú, y me haces sentir repudio y odio. A la vez de que tengo que sacar lo peor de mí para que te des cuenta de que cuando te digo: vete lejos- no quiero que te marches, sino que permanezcas a mi lado.
A veces, por mucho que trate de aguantar, no puedo. Me vengo abajo, cuando veo que estás triste y desolada porque ese, a quien tú haces llamar amor, no te demuestra lo que te quiere y hace que te sientas la persona más tonta del mundo. Mientras tanto tu esperas a que todo cuaje como si se tratase de un vuelo a más de trescientos kilómetros por hora, en el que no te das cuenta de que vivir entre algodones de nubes no te lo hace sentir cualquiera. Que por mucho que te duela, más me duele a mí ver que no necesitarás mi ayuda cuando tu avión acabe por estrellarse.
Y bum! -hace la onomatopeya, que me descubre del antifaz que día y noche llevo puesto, ocultándome tras aquello que no quiero mostrarte. Un superhéroe de capa caída, que se ha dado cuenta que es mortal como cualquier otra persona. Que quizá no sepa salvarte de muchos de los vientos que te llevan a ninguna parte, pero que sabe que muere por tu amor desde el primer día en el que me miraste como a un desconocido, pero que me hiciste creer que era especial.
Y aunque tú no lo sepas, si pronunciaras mi nombre en tu ayuda, sería el primero en abrazarte.Si me miraras a los labios, seria incapaz de mentirte. Y si volásemos por lo más alto te diría, una y otra vez, que te agarrases lo más fuerte a mí y a la vez que no temieses por nosotros. Que nuestro avión no es de los que se estrellan, porque hay algo que no sé muy bien explicar, pero que nos une.

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