Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


martes, 12 de abril de 2011

1 minuto de tu vida, convertido en 60 segundos de felicidad.


Cierra los ojos y trata de no pensar. Deja que te susurre una cosa, mientras escuchas de fondo la melodia del amor.
Tres mundos nos rodean, y solo existen dos cosas en común. Una es el tiempo y la otra, eres tú.
Si no me crees, puedes abrir los ojos. A no ser que, creas en los sueños. Porque sabrás que lo peor de un sueño, cuando se hace realidad, es despertar.
Y si estás dispuesta, deja atrás tus miedos, toma mi mano y que el corazon nos guie.

Princesa

Su sonrisa es preciosa. Su cabello lleno de tirabuzones, rodean sus pequeñas orejas que, en silencio escuchan lo que mis labios no saben decirle. Tiene los mofletes colorados, llenos de pequitas que me entran ganas de apretujar con mi dedo pulgar e índice. La boquita de piñón se endulza con golosinas y algodones que compra cada tarde en el quiosco después de salir del colegio. Le encanta jugar a papas y mamás, siempre y cuando su "marido" sea el chico que le gusta. Sabe contar hasta cien. Escribir su nombre con la mano derecha, y diferenciar las letras del abecedario. Su papá le lee cuentos cada noche antes de dormirse. Ella se imagina siendo una princesa, con el pelo largo y largo y largo. La más bella de todo el país. Se mira al espejo una y otra vez, se siente feliz porque sabe que queda poco tiempo para que venga su príncipe azul a salvarla del más malo de los ogros. Lo que no sabe es que por el camino me encontraré con muchas que se harán pasar por ella, haciéndome creer que al fin la he encontrado. Princesa, sigue soñando que yo seguiré luchando contra falsas sonrisas.

Silencio.

Léeme atentamente. Esto es lo que nunca te supe decir:

Quererte surgió de repente. Sin más. Sin previo aviso. Sin darme cuenta del abismo que suponía la posibilidad de perderte. Incandescente, voraz, fue el tiempo que anduvimos dubitativos entre los errores y los perdones adolescentes causados por el miedo a ser comprendidos. Entendible fue la situación de idas y venidas, de dar por perdida la partida en la que no supe controlar ni el tiempo ni el espacio, ni si quiera tu forma de jugar.

La mayoría de veces no lo recuerdo del todo bien. No sé exactamente como pasó, ni cual fue la gota que colmó el vaso. Solo sé que pasó, y que tuvo que pasar. Y aunque estas palabras sean duras, más lo fue tener que callarme la verdad y mentirte para dar puerta a un adiós que significó para siempre.

Ahora me pregunto tantas cosas. Y una de ellas fue si de verdad tuvimos un motivo por dejar que todo se echara a perder.