Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


martes, 12 de abril de 2011

Princesa

Su sonrisa es preciosa. Su cabello lleno de tirabuzones, rodean sus pequeñas orejas que, en silencio escuchan lo que mis labios no saben decirle. Tiene los mofletes colorados, llenos de pequitas que me entran ganas de apretujar con mi dedo pulgar e índice. La boquita de piñón se endulza con golosinas y algodones que compra cada tarde en el quiosco después de salir del colegio. Le encanta jugar a papas y mamás, siempre y cuando su "marido" sea el chico que le gusta. Sabe contar hasta cien. Escribir su nombre con la mano derecha, y diferenciar las letras del abecedario. Su papá le lee cuentos cada noche antes de dormirse. Ella se imagina siendo una princesa, con el pelo largo y largo y largo. La más bella de todo el país. Se mira al espejo una y otra vez, se siente feliz porque sabe que queda poco tiempo para que venga su príncipe azul a salvarla del más malo de los ogros. Lo que no sabe es que por el camino me encontraré con muchas que se harán pasar por ella, haciéndome creer que al fin la he encontrado. Princesa, sigue soñando que yo seguiré luchando contra falsas sonrisas.

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