Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


domingo, 3 de abril de 2011

Amigos.


Aquellos que están cuando y cuando no lo necesitas. Que te apoyan, que te animan, que te abren los ojos en alguna ocasión. Que comparten contigo sus secretos e inquietudes. Que te piden las cosas por favor sin necesidad. Que están ahí por y para ti.
Aquellos con los que compartes mucho más que un hola y un hasta luego. Que te despiertas, y a veces piensas y te preguntas por ellos. Con los que sabes que puedes contar si te pasa algo, y sabiéndolo te das cuenta de que siempre estarán ahí, pase lo que pase.
Aquellos que consideras tu segunda familia. Que darías todo por ellos, aunque te pidiesen algo a cambio. Que te sacrificarías, que lucharías. Que te hacen sentir la diferencia cuando están, y cuando no están. Que merecen la pena.
Aquellos que aunque te fallen, se merecen el perdón. Que ni si quiera te planteas otro presente sin ellos. Que les miras a los ojos, y sabes lo que piensan, lo que son en cada momento. Que te sientes mejor a su lado, y ellos son mejores personas al tuyo. Que descubrís los secretos de la vida, y poco a poco veis como vais creciendo y madurando. Os dais cuenta de que sois esa pieza del puzle, que encaja a la perfección y que no puede faltar.
Aquellos con los que te das cuenta que lo que compartís es mucho más grande que cualquier error que uno puede cometer. Que sabes que son importantes para tu día a día, y que no te puedes permitir perder.
Aquellos que saben entenderte en los momentos difíciles, y te sacan adelante. Aquellos que dan el significado a la palabra compartir, y marcan el tiempo de tu vida.
Aquellos que con tan solo una mano en el corazón puedes contar. Y pese a que hay pocos, hacen que lo simple, lo sencillo se convierta en algo grande.
Aquellos que dan sentido y significado a tu vida. Y que sin ellos, no serias tú.

SMS


Estás temblando. Nervios y miedos invaden tu cuerpo. Tienes un escalofrío. Te miras las manos, y las tienes pálidas. No te llega la sangre suficiente hasta ese lugar. Frías, como el peor invierno.
Tu corazón late a doscientas pulsaciones. Lo notas. Lo sientes. Ese pequeño nudo en la garganta. Ese cosquilleo en el estómago.
Te tumbas en la cama. Apagas la luz. Dejas el móvil en la mesita de noche, mientras cierras los ojos. No puedes dejar de pensar en él. Pasan treinta segundos, y coges el móvil. Todavía no ha contestado- piensas; ¿Por qué será?.
Vuelves a cerrar los ojos y a la vez agarras el móvil con las dos manos y lo aprietas contra tu pecho lo más fuerte que puedes. Pasan los minutos. Mientras tanto, no pierdes la esperanza. Piensas que quizá se lo haya tomado a mal. Que no deberías haberle mandado ese sms. Pero a los dos segundos, ese pensamiento desaparece porque te dices a ti misma; Estoy segura que en estos momentos me está contestando.
Empiezas a imaginar, que pondrá en su contestación. Que te dirá, o si al final pondrá un " te quiero ". O un, "buenas noches, cielo". O quizás, lo haya leído y ni si quiera se ha planteado en contestarte. - No, eso no puede ser. - Te dices a ti misma.
Lees de nuevo el mensaje que le has enviado. Una, dos y hasta tres veces. Compruebas la hora en la que se lo mandaste, y en ese mismo momento te fijas lo que marca el reloj. Dieciséis minutos han pasado desde el envio. - Seguro que no contesta.
Dejas el móvil de nuevo en la mesita de noche. Estás muchísimo más nerviosa que al principio. Y el deseo de que suene tu teléfono, es tan grande como aquel que quisiste que se hiciera realidad en tu último cumpleaños.
Te cambias de postura, e intentas cerrar los ojos lo más fuerte que puedes, y dejar la mente en blanco. Quieres dormirte. Mañana será otro día.
Resoplas. Hasta te cabreas y todo. Otra vez, te enviará un sms tu tía- refunfuñes por dentro, aunque en verdad sabes que si por ti fuera, le enviaras mil sms si eso conllevase a ser felices juntos y a que sus contestaciones te enamoren más todavía. O que simplemente te duermas con una sonrisa en la boca cada noche.
Vib-vib-vib. Te da un vuelco el corazón. En menos de un segundo, tus manos ya habían cogido el teléfono, te habías dado la vuelta, y abierto los ojos para poder ver si era de él, ese sms.
Las emociones invadían tu cuerpo. Junto a la piel de gallina, los sentidos alborotados y el corazón apunto de salirse por el pecho. Tus manos, temblorosas, no sabían que tecla pulsar. Tus ojos leen en la pantalla; nuevo mensaje.
Haces click, en "abrir". Es de él. Y empiezas a leer.
" Escriba lo que te escriba, no superaría ninguna de las sensaciones que has sentido desde el momento en el que me has enviado tu mensaje, hasta los veinticinco minutos restantes que han pasado hasta mi contestación. No quería que nada estropease este momento. Te quiero".
Inspiras. Sonríes. Y te das cuenta, de que estás completamente enamorada.

De todo corazón.


Sueña, por encima de todo. Inténtalo, no desistas. Puedes, con eso y mucho más. Adelante, propóntelo. Verás que nada es tan difícil. Haz lo imposible. Ten confianza en ti mismo. Descubre quien eres, y de lo que eres capaz de hacer. No te sobrevalores, ni te infravalores. Date cuenta del camino que has recorrido, y del que te queda por recorrer. Querer es poder.
Añade valores a tu vida. Combina los errores con aciertos, y deshazte de la ignorancia del mediocre. La soledad no es la salida.Se fiel a tus principios, que nadie te diga lo que tienes que hacer. Disfruta de cada momento. Sonríele a la vida. Comparte todo lo que eres con la gente que quieres. Haz saber lo que piensas, lo que te parece bien y lo que te parece mal. Descansa en los momentos oportunos. No dejes escapar las oportunidades. Termina las cosas que empieces. No dejes nada para mañana. Mira todas las cosas desde todas las perspectivas. Camina en ambas direcciones. Intima con tu corazón. Pregúntale cómo se siente. Se consciente. Vive el presente.

Siéntete libre. Valora lo que tienes. Construye tu propio mundo de pequeñas cosas. Ama, perdona. Aconseja, pide ayuda. Sonríe. Se feliz mientras puedas. Recuerda a tus seres queridos. Añora lo perdido. Se amigo del miedo. Aprovecha el tiempo. Sé quién eres. Encuentra tu lugar. Enriquece tu alma. Y haz que te recuerden como te mereces. Naciste para ser alguien, y en tus manos está conseguirlo. Y ,de todo corazón, puedes.