Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


lunes, 28 de marzo de 2011

Querer es poder.

Caminas deprisa, tanto que incluso la suela de tus zapatos se desgasta en cada paso que das hacia la gloria.

Los titubeos, las inseguridades, no existen.  De repente, todo se ha ido, y no hay piedra que pueda interrumpirte en tu camino. Nada ni nadie te puede detener. Tu ego augura por encima de todo, y se incrusta en la cima de cualquier meta, u objetivo por muy difícil que parezca.Inclusive la gente que te dice lo que tienes y lo que no tienes que hacer. Intentando hacerte creer que, siempre vas a medio gas y te quedarás sin lograr aquello que quieras. Pero ahora ya no eres débil, ya no flaqueas de pesimismo, y la única coraza que llevas es para protegerte de las malas lenguas, y de todos aquellos males que intentan tentarte para llevarte por el camino equivocado, haciendo que pierdas la esperanza y tu credibilidad de tener por certeza que en lo tuyo, querer es poder.
Cada decisión que tomes, para ti siempre será la correcta. El destino, no te pone a prueba. Ni tan si quiera la vida juega contigo poniéndote obstáculos. Solamente quieren que demuestres lo que eres, y lo que pretendes conseguir. Ver si eres lo suficientemente fuerte o si eres capaz de que en los momentos decisivos, pase lo que pase y de lo que se te interponga por delante, te mantienes en pie ayudándote de la constancia, y el clamor de jamás sentirte por vencido.

Y así estarás preparado para todo lo que tenga que venir, por muy duro que sea. Porque el dejar de luchar por algo, o que te venzan tus miedos es de cobardes. Y tú no has nacido para ser un don nadie, sino para hacer de tu vida algo grande.

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