Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


viernes, 8 de abril de 2011

Pedaleando.


Nueve y media de la mañana. Catarsis en los polos. Sol y viento de poniente. A pie de carretera, exento de velocidad, no hay tregua. Me acompaña, con sus tonos blancos relucientes, y una resistencia tan característica que la hace única dónde las haya.
Olor a tierra mojada, después de más de tres días de lluvia torrencial. Caracoles, mariposas, abejas, aves rapaces. Presa fácil, difícil escapatoria.
Marcando linea. Siguiendo hacia adelante. Manteniendo el nivel constante de respiraciones por minuto. Desasosiego intermitente, acompañado de latidos con un potencial de acción demasiado exigente.
Pedaleadas. Sudor frío. Casco anti-impacto. Guantes acolchados. Culot marca-paquete. Gafas con cristal amarillo, submarino. Piernas revolucionadas, que no conocen límites. Duras, como el duro tramo de la montaña, del de la mente pensando: "no puedes más" contrarrestado con el hechizo de un sorbo de agua, y un no hay más metas, que tu meta. Y metas el primer plato, segundo o quinto piño, tu no vas con solo dos ruedas. Te siguen tus pasadas, y persigues a tu "yo futuro" que consigue llegar al límite a dónde no hay limites. Y te muestra que no hay derrota, si no te sientes derrotado. Que la victoria se saborea solamente en un segundo de gloria, y que lo importante es el camino. Y éste es el que recorres, mientras sigas pedaleando.

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