Os agradezco que estéis leyendo estas líneas. Yo les doy vida, y con vosotros cobran sentido. No me leáis porque sí. Quiero que tengáis un motivo por el cual necesitéis o sintáis que, estas letras os van a contar algo y es lo que andabais buscando. Quizás muchos ya habréis desistido en el intento, cambiado de página o pensado: “qué pérdida de tiempo”. Si es así, no sigas leyendo y los dos haremos como si no nos hubiésemos conocido. Pero si no, te invito a mi pequeño rincón en el que publicaré tres entradas al día, en el que te haré participe, en el que te haré sentir que tienes un sexto sentido. Y sobre todo a hacerte creer que, de veras, existe una fibra sensible que puede inter-conectar con las personas.


lunes, 4 de abril de 2011

No me olvides, quiereme.



Haga lo que haga de nada sirve. Y lo que recibo a cambio es un adiós y un: ¿pero seguimos siendo amigos?
No entiendo las complejidades del amor. O por lo menos, lo difícil que es para ti tenerlo claro. Esas dudas que te inundan, por miedo o por temor a sentir que puede llegar el día en el que todo se acabe, me cansan y me hacen sentir un desquiciado.
Sí, no sé qué más puedo hacer para que me quieras. Y no me vengas con cuentos chinos de: "no es culpa tuya, si no mía. Ni si quiera yo lo entiendo". ¿Pero entender, el que? ¡ No hay que entender nada! Yo sólo te pido que me quieras, aunque no sea tanto como te quiero yo. Con una cuarta parte me conformo. ¡Pero quiéreme!
Podría esperar una vida, o dos por ti. Y todo eso si me quedara la esperanza de poder creerte, o de tener la certeza de que el día en el que te des cuenta de que me quieres, lo sentirás de verdad, o será la única salida a no perderme.
Lo único que puedo hacer ahora, es que pases un tiempo sin mí. Y así puedas darte cuenta de lo mucho que te he ido regalando día a día. De lo mucho que he hecho por ti, y que jamás ha hecho nadie, en tus dieciocho años de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario